jueves, 15 de diciembre de 2016

“Aprender de verdad” y el Fracaso de la Educación Tradicional


Tras los descendidos resultados de la evaluación PISA en Chile, han resurgido los cuestionamientos acerca de las causas de este fracaso en el país; pasando desde la infraestructura o tecnología usada en las salas de clases, por la capacitación y remuneración de los docentes y hasta el tipo de metodologías utilizadas para enseñar a los estudiantes. Pero el tema se escapa de las fronteras de nuestro país, y se remonta a más de cuatro siglos atrás en el tiempo.  


En medio de estos cuestionamientos, se nos han olvidado algunas de las que podrían ser las preguntas más importantes: ¿Qué estamos enseñando?, ¿Para qué estamos enseñando? y ¿Qué están aprendiendo los niños?


A través de 400 años, aproximadamente, se ha mantenido el paradigma de la educación tradicional que prima actualmente en el mundo: ¿no será hora de abrir los ojos y detenerse a pensar? Hay muchos motivos para pensar en un diferente paradigma de educación.

Un grave error de la educación tradicional, es “educar” a los estudiantes con la finalidad de rendir evaluaciones, que miden qué tan bien se aprendieron los niños la materia de memoria. Esto se ve reflejado, por ejemplo, al no permitir a los estudiantes trabajar con los libros de estudio abiertos durante las evaluaciones, ya que los niños lo único que tienen que hacer es repetir el contenido de memoria.

Por su lado, las clases han seguido una lógica parecida, donde los profesores instruyen contenidos durante la jornada completa, sin otorgar mucho lugar al pensamiento, sin poder cuestionarse los contenidos, aplicarlos a la realidad de cada uno y a crear nuevas ideas, conocimientos y aprendizaje.

Si instruimos todo el día y todos los días a los niños, y posteriormente evaluamos los contenidos textualmente; entonces, los niños no están aprendiendo los contenidos, sólo están entrenando la habilidad de memorizar. Si ese es el objetivo final de la educación chilena mejor ponemos a los niños a jugar memorice.


¿Qué Aprender?


Especialmente en estos tiempos, donde es tan fácil encontrar información gracias a internet, lo que menos debería preocuparles en las escuelas es enseñar contenidos, sino entrenar habilidades como: pensar, sentir y crear a nivel individual. A su vez, a nivel grupal sería importante promover interacciones acordes a la edad de los niños (jugar) y mediar dichas interacciones orientados al aprendizaje de habilidades sociales adecuadas. En otras palabras, los contenidos revisados en clases debieran ir de la mano con la experiencia y el juego, y la manera de enseñar los valores debiera ser realmente transversal.

La educación no necesita un cambio ligado a un aumento de la tecnología usada en las salas de clase, ni modificaciones en los contenidos del Curriculum. Y aunque sí sería bueno reducir el número de niños por aula, capacitar mejor a los profesores, mejorar el sueldo y las condiciones laborales de éstos, y reducir la jornada escolar; no cambiaría significativamente la calidad de la educación si no se enseña con un sentido.


El Verdadero Significado de Aprender


La educación debería estar estrechamente ligada con la pregunta: ¿Para qué estamos aquí? Una vez que conocemos o creemos en una respuesta para esta interrogante, podremos darle un significado, organización y motivo a lo que enseñamos.

Para ser un educador, lo mínimo que se podría tener es una idea del por qué o para qué estamos aquí en el mundo, o bien el para qué queremos estar en él. Ya que teniendo esa visión clara, es posible conectar cualquier aprendizaje, dándole sentido. Ese sentido se transmite a los niños, quienes encuentran un significado en lo enseñado y de esta manera lo aprenden, no como una mera memorización, sino transformando estos datos en información y haciéndola suya. ¡Esto es aprender de verdad!

Posteriormente, para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje,  de vez en cuando conviene realizarnos las preguntas: ¿Qué estamos enseñando?, ¿Para qué estamos enseñando? y ¿Qué están aprendiendo los niños? De manera de retroalimentar y supervisar este proceso.

Finalmente, la educación debería entregar las herramientas necesarias para enfrentar la respuesta a la pregunta ¿Para qué estamos aquí?. De esta manera, podemos construir un futuro con personas que tengan una misión o vocación en la vida, y las herramientas correspondientes para llevarla a cabo.


El Privilegio del Homeschooling


El Homeschooling, al igual que algunos otros enfoques no tradicionales de educación,  nos regala a los padres la oportunidad y la libertad de entregar a nuestros hijos este tesoro que es el real aprendizaje.  

Los padres Homeschoolers -conociendo la respuesta a estas preguntas- fácilmente podremos hilar con nuestros hijos todo el aprendizaje a un significado más profundo y más abstracto que el de una asignatura aislada, logrando un verdadero aprendizaje para toda la vida.

Junto a lo anterior, educando en la casa nos beneficiamos de controlar los tiempos y metodologías de enseñanza que utilizamos, pudiendo promover el pensamiento, sentimiento y creación de nuevos contenidos, haciendo clases donde el estudiante practique, investigue, se cuestione y cree, en vez de simplemente escuchar a un profesor hablar delante de un curso durante todo el día.

¿Están nuestros hijos “aprendiendo de verdad”?, ¿Están las escuelas enseñando lo realmente importante en la vida? ¿Qué estamos haciendo al respecto como padres y primeros educadores de nuestros hijos? Seamos un ejemplo para nuestros hijos, y pongámonos a pensar.



Algunos links para complementar:


Este excelente video resalta los motivos que nos llaman a un cambio de paradigma en educación.
Documental “La Educación Prohibida”, a favor de un cambio en la Educación.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Paso a Paso para Implementar un Homeschooling Exitoso



Al aventurarnos en la odisea del Homeschooling, es natural que se presenten algunos temores y dificultades, ya que –aunque va en aumento esta modalidad de enseñanza- es un camino bastante desconocido y poco transitado aún.  Con nuestro hijo llevamos 2 años en esta modalidad, y les compartimos en este Blog cómo implementar la Educación en el Hogar paso a paso.

 

Paso 1: Validar los Estudios

 

En primer lugar, para poder educar en el hogar existe un tema legal: es un derecho y además una obligación educar a los niños. Por lo tanto, hay que validar los estudios realizados en el hogar a través de exámenes libres y así poder obtener el certificado de aprobación del curso. Para esto en Chile, hay que inscribirse en el Departamento Provincial de Educación correspondiente (hasta Julio 2017). Toda la información se encuentra en la web del Ministerio de Educación.

Paso 2: ¡¿Qué enseñar?!

 

Responder a esto podría ser un rompedero de cabeza, sin embargo, no hay para qué redescubrir la pólvora. Durante los primeros años de enseñanza (cuando están aprendiendo a leer y escribir) es ideal trabajar con textos escolares de buenas editoriales por asignatura, los que han sido desarrollados junto a profesionales de la educación, con ejercicios que optimizan el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, nosotros tuvimos un excelente Primer Año Básico, ejercitando con los Textos del “Proyecto Sé” de la Editorial SM;  estos libros traen evaluaciones iniciales, intermedias y finales para cada unidad de aprendizaje y los contenidos que trabajan van acorde al Currículum Nacional (Chile). Si por diversos motivos o creencias prefieren no trabajar con textos escolares y se atreven a elaborar clase a clase, ejercicio a ejercicio, entonces encontrarán un buen apoyo en la web Currículum en Línea del Ministerio de Educación (Chile), donde están las bases curriculares y programas de estudio con sus unidades y objetivos por cada asignatura, además de diversos recursos para el aprendizaje.

Paso 3: Distribución del tiempo de clases

 

¿Cómo saber cuánto tiempo de clases debemos trabajar a diario con nuestros niños? La manera más práctica de establecer el tiempo diario de clases es: basándose en el total de la materia a pasar durante el año, ya sea  a través de los textos escolares o directamente del Currículum de cada País, y dividiéndola (con calendario en mano) por los días hábiles que hay para realizar clases hasta el mes de Octubre incluido (sin considerar el mes de Noviembre, ya que es el mes de la evaluación para validar los estudios).  Después de esta ecuación, a nosotros nos quedó un tiempo diario de trabajo académico de 2 horas cronológicas, considerando en la semana las asignaturas de Lenguaje, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. ¡Mucho tiempo libre para nuestros hijos!


Paso 4: Socialización y Talleres externos

 

Además del tiempo de clases académico, en la educación en el hogar se debe considerar el tiempo de talleres grupales con otros niños. Éstos sirven para complementar las clases con asignaturas como música, arte, deporte, etc. y para la facilitar la socialización de nuestros hijos con grupos de pares. Busquen en las cercanías a su hogar talleres, existe una gran variedad e incluso algunos son gratuitos.

Paso 5: Potenciando el Aprendizaje 

Una de las gracias que tiene el Homeschooling es que nos deja tiempo para complementar el aprendizaje académico con experimentos, salidas a terreno, y practicar lo aprendido en la vida diaria. Por ejemplo, se puede programar fácilmente una salida a terreno semanal, a lugares donde se pueda ejercitar o vivenciar lo aprendido.  Todo esto es fundamental para lograr un aprendizaje significativo, que quede grabado en la memoria del niño. En Viña del Mar, Chile, cada mes hay un calendario de la Municipalidad con actividades culturales y recreativas las que en su mayoría son gratuitas. Si vamos a practicar Homeschooling hay que aprender a aprovechar los recursos que tenemos  a nuestra disposición para potenciar el aprendizaje y lograr hacerlo significativo para nuestros niños.

Paso 6: Evaluación Final 

Dejemos el mes de Noviembre para repasar la materia de cada asignatura a evaluar en exámenes libres (a mediados de este mes). Los contenidos evaluados en los exámenes libres de fin de año son los establecidos en el Currículum Nacional y en la pauta que les entregue el Establecimiento Educacional donde su niño o niña será evaluado. 

¡Y listo!



Sólo falta organizarse y empezar, que el Homeschooling sí se puede.



martes, 1 de noviembre de 2016

Periodicidad del Blog

Aprovecho la oportunidad para agradecer a todos los lectores que siguen el Blog desde distintos lugares del mundo, por ustedes me animo a escribir cada artículo.

Nunca imaginé que el Blog iba a tener tantos lectores, y saber que puedo ayudar con los temas de los artículos a algunos de ellos me llena de satisfacción.

Es por esto, que para poder mantener temas interesantes y de calidad en cada artículo, he decidido escribir en el blog una sola vez al mes, fijando de ahora en adelante los días 15 de cada mes para las publicaciones.

¡Un afectuoso saludo a todos los lectores!



lunes, 17 de octubre de 2016

Homeschooling v/s Escuela: ¡Más Horas de Juego!



¿Debe pasar un niño cerca del 70% de su día estudiando? Incluso para niños de 3 años de edad algunos colegios tienen Jornada Escolar Completa, no quedándoles tiempo suficiente para jugar, pensar libremente ni siquiera para “estar en la luna” a nuestros niños.

Hace algunos días me preguntaron cómo lo hacía para educar a mi hijo en la casa, y no se imaginan la cara de asombro que pusieron cuando expliqué que sólo hacíamos 2 horas de clases al día todos los días; acto seguido surgió la pregunta ¡¿qué hacen los niños tantas horas en el colegio?! 

La Escuela y la Falta de Tiempo Libre

 

Si nos ponemos a sacar la cuenta, acá en Chile, los niños generalmente asisten 8 horas diarias al colegio, por lo que deben levantarse a más tardar a las 7 de la mañana, y dormirse a las 9 de la noche, de manera de dormir las horas necesarias para un desarrollo adecuado; quedándoles en el mejor de los casos alrededor de 3 horas de tiempo de juego, cuando no tienen que hacer tareas o estudiar.
Nosotros tuvimos la suerte (o quizá la mala suerte) de ver cómo es mandar a nuestro hijo a un colegio y poder compararlo con la experiencia de Homeschooling. Cuando iba al colegio salía a las 4 de la tarde, y tras 2 meses manteniendo ese ritmo, nuestro hijo se veía muy desgastado, triste y sin motivación por aprender, lo cual es muy raro en él, ya que todo lo que sea aprendizaje lo motiva. Está demás decir que ahora, haciendo Homeschooling en la casa, está feliz.

Tiempo de Juego: el Tesoro Perdido de la Felicidad y del Desarrollo Saludable


Pero más allá de la felicidad de los niños que aún tienen tiempo libre, debemos pensar en lo que ellos necesitan para su desarrollo saludable, y esto es “más oportunidades de juego activo”, especialmente al aire libre (Pooja S. Tandon, Brian E. Saelens, Dimitri A. Christakis), según un estudio publicado en la revista Pediatrics  de la American Academy of Pediatrics. 

La importancia del juego radica, entre otras cosas, en el desarrollo de habilidades sociales, morales, cognitivas e incluso terapéuticas para los niños, y los científicos continúan investigando sus numerosos beneficios, pero lamentablemente también han descubierto la pérdida de espacios de juego para los niños, tanto en los establecimientos educacionales como en los hogares.

Tanto es así, que investigadores como Dorothy G. Singer, Sharna Olfman y Jane M. Healy, ya en el año 2003 anunciaban una crisis de la Educación Pre-escolar, en la que se le da mucho énfasis a la tecnología, en desmedro del juego.

Y esta situación se extiende también al hogar, donde queda poco tiempo libre para los niños. De hecho las cifras son alarmantes; según el Psicólogo D. Elkind, citado en un artículo de la American Psychological Association, “los niños hoy en día tienen 8 horas semanales menos de tiempo de juego libre y sin estructurar, de lo que tenían hace 20 años atrás”.


Queda claro que hay una falta de tiempo de juego en los niños y es difícil establecer las consecuencias de esta situación,  pero creo que a todos nos debiera preocupar la drástica disminución o la ausencia de esta forma natural de relacionarse los niños con su entorno. Una posible solución a este problema es que las escuelas y jardines infantiles cambien sus metodologías integrando el juego como medio para el aprendizaje y no como un obstáculo para éste. Por mientras una buena opción educativa para nuestros hijos es realizar Homeschooling donde podrán acotar las horas de estudio y tener más tiempo para este tan preciado tesoro que es el juego.




lunes, 3 de octubre de 2016

TDAH ¿Un Trastorno que no Existe? (Parte 2)



Recogiendo las ideas de los detractores del TDAH revisadas en la Parte 1, y respondiendo a la elevada prevalencia de este trastorno, nos podríamos preguntar: ¿hay de por medio intereses económicos de las Empresas Farmacéuticas y/o un ánimo de patologizar la normalidad?

Un excelente artículo de investigación de Francisco Balbuena Rivera, profundiza en las posibles causas de la elevada prevalencia de este Trastorno. Sin embargo, y más allá de establecer las causas de la elevada prevalencia, creo importante volver a la definición misma de TDAH, y cuestionarla desde adentro en esta Segunda Parte.  



TDAH ¿un síntoma de algo más? Diagnóstico diferencial

 

Llama la atención que en el manual DSM-IV-TR (desconozco si hay cambios en la versión DSM-V), se indica que debe distinguirse el Trastorno de Déficit Atencional de una sintomatología de desatención cuando hay “ambientes académicamente poco estimulantes”,  o cuando hay comportamientos de “niños pertenecientes a ambientes inadecuados, desorganizados o caóticos” (pg 104), entre otras. Entonces surgen las preguntas: ¿No son los establecimientos educacionales ambientes académicamente poco estimulantes para los niños de hoy en día?, ¿Acaso no vivimos en una sociedad que se ha vuelto desorganizada y caótica?
Si la respuesta a estas preguntas fuera afirmativa, entonces difícilmente se podría diagnosticar el TDAH, ya que según el mismo DSM estas condiciones de educación y de vida estarían causando los síntomas de desatención y no un trastorno propio de cada niño.

Personalmente, pienso en la desatención y la hiperactividad como síntomas de algo más y no como un trastorno; síntomas gatillados por: niños cada vez más inteligentes; establecimientos educacionales que no han cambiado de fondo, sólo de forma; sobreexposición a pantallas; bombardeo de estímulos; velocidad de la vida cotidiana; y sedentarismo.

Hay quienes podrían refutar lo anterior y defender al TDAH citando investigaciones, como la siguiente:   “Hay estudios de imágenes médicas que sugieren que el cerebro de los niños con ADHD es diferente de aquéllos que no lo tienen” (U.S. Department of Health & Human Services). Pero, retomando la idea anterior, vale la pena preguntarse si es realmente un cerebro distinto o si el funcionar de éste es sólo un reflejo de las prácticas (como el exceso de pantallas, la velocidad de la vida, el nivel de inteligencia, etc.) que podrían estar determinándolo de cierta manera.


Más allá del Panorama Pesimista, Buscando Soluciones

Exista o no el TDAH, hay algo que juega a nuestro favor. En la actualidad se conoce mucho más acerca del cerebro, siendo un gran descubrimiento su plasticidad. Esta característica nos permite, entre otras cosas, mejorar nuestra capacidad de atención-concentración, mediante entrenamiento atencional, y un cambio en nuestras costumbres poco saludables en términos de consumo de tecnología.
Además, podríamos incrementar la actividad física y el tiempo de juego diario de los niños, y así quizá -al contrarrestar el sedentarismo- podríamos disminuir el síntoma de hiperactividad.

jueves, 29 de septiembre de 2016

TDAH ¿Un Trastorno que no Existe? (Parte 1)



Muchos niños son diagnosticados de Trastorno de Déficit Atencional, ¡quizá demasiados!

En medio de controversias sobre este diagnóstico, algunos especialistas están cuestionando la real existencia de este trastorno.



¿Puede haber un trastorno dependiente del país donde se viva?

Suena un poco extraño, pero esto sucede con el diagnóstico del TDAH; aún no hay estadísticas generalizables en torno a la prevalencia del Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (o ADHD en inglés), ya que las cifras varían significativamente de país en país  (Mueller  et  al., 1995; Reid  et al,  1998; Livingston,  1999; Graetz  at  al., 2001; en Zhang et al., 2005).


¿Es posible que gran parte de los niños de hoy estén enfermos?

Si les ha dado la sensación de que cada día hay más niños diagnosticados de TDAH, ¡están en lo cierto!; en el año 2014 la APA (American Psychological Association) publicó un artículo, donde se expone un aumento en el diagnóstico de TDAH, siendo en el año 2003 de un 7.8% a un 11% en el año 2011 (“Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, January”, en “Is it really ADHD?”), es decir, más de 1 en 10 niños diagnosticados con TDAH.
¿Qué pasará si sigue aumentando su diagnóstico, estará gran parte de los niños enfermos o simplemente no se trata de un trastorno?


Detractores del TDAH

Debido a los motivos anteriormente nombrados, y a otros igualmente válidos, hay incontables detractores del Trastorno de Déficit Atencional c/s Hiperactividad, entre ellos; Leon Eisenberg, María Acaso y Marino Pérez, por nombrar a algunos.

Para asombro de muchos, Leon Eisenberg, el mismo  “descubridor” del Trastorno de Déficit Atencional -en entrevista publicada en Febrero de 2012 por la revista alemana “Der Spiegel”- refiere que se trata de una “enfermedad  fabricada”, en la cual él ya no cree (link en español y original en alemán).

María Acaso, Profesora Asociada de la Universidad Complutense de Madrid, conferenciante e investigadora; en entrevista con una revista española, postula que “no existe trastorno de déficit de atención, solo niños aburridos”. A ella le parece una barbaridad medicar a niños para que se concentren y propone un cambio en la educación, porque considera que el sistema educativo actual está obsoleto para los niños de hoy.

Por su parte, Marino Pérez, catedrático de Psicopatología de la Universidad de Oviedo y coautor (junto a Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo) del libro “Volviendo a la normalidad. La invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil”, denuncia en entrevista  la presencia de una “patologización de problemas normales en la infancia” y argumenta que no existe ninguna condición genética o neurobiológica a la base de este trastorno. Que si bien los niños pueden presentar problemas, no tendrían alteraciones cerebrales.  


Continuará en la próxima entrada…